Cuidar la piel debe ser una parte esencial del régimen de salud. Es, después de todo, el órgano más grande que se encuentra en el cuerpo.
Lo primero que la mayoría de los profesionales de la salud indican es que para mantener la piel saludable se debe limitar al máximo la exposición a los dañinos rayos ultravioleta (UV) del sol y usar protector solar cuando se esté expuesto a la luz solar.
Sin embargo, el sol no es del todo malo. Solamente con 10-15 minutos diarios de exposición al sol ayudan a producir vitamina D en toda la piel. La vitamina D es una de las vitaminas más importantes para la piel, al igual que las vitaminas C, E y K.
Asegurarse de obtener suficientes vitaminas puede mantener la piel con un aspecto saludable y juvenil. En otras palabras, podría traducirse en una disminución de:
- manchas oscuras
- enrojecimiento
- arrugas
- momentos difíciles
- sequedad excesiva
Las vitaminas esenciales para la piel están disponibles en forma de suplemento, pero también se encuentran en productos para el cuidado de la piel. Saber qué vitaminas son esenciales para la piel es indispensable para un cuidado correcto.
Vitamina D
La vitamina D se produce frecuentemente cuando la piel absorbe la luz del sol. Es entonces cuando el colesterol se convierte en vitamina D. Después, el hígado y los riñones absorben esta vitamina y la transportan a lo largo de todo el cuerpo para ayudar en la formación de células sanas.
Incluso puede mejorar la psoriasis.
El calcitriol es un tipo de vitamina D artificial que los humanos pueden producirlo de forma natural. Aplicado en crema tópica, el calcitriol, ha resultado eficaz en el tratamiento de personas con psoriasis.
Un estudio de 2009 publicado en el Journal of Drugs and Dermatology concluyó que la aplicación de calcitriol reducía la cantidad de inflamación e irritación de la piel en personas con psoriasis y provocó pocos efectos secundarios adversos.
El Instituto Linus Pauling de la Universidad Estatal de Oregón recomienda una ingesta diaria de vitamina D de 600 UI al día. Es posible que durante el embarazo o a partir de los 70 años se necesite más.
Vitamina C
La vitamina C se encuentra en altos niveles en la epidermis (capa externa de la piel) así como en la dermis (capa interna de la piel). Sus propiedades anticancerígenas (antioxidantes) y su papel en la producción de colágeno ayudan a mantener la piel saludable.
Es por ello que la vitamina C es uno de los ingredientes estrella en muchos productos antienvejecimiento.
Asimismo, consumir vitamina C oralmente puede mejorar la eficacia de los protectores solares. Lo hace al disminuir el daño celular y ayudar al proceso de regeneración de las heridas corporales.
La vitamina C también puede ayudar a ralentizar los signos del envejecimiento debido a su papel vital en la síntesis de colágeno natural del cuerpo. Ayuda a regenerar la piel dañada y, en algunos casos, reduce la aparición de arrugas.
La correcta ingesta de vitamina C también puede ayudar a prevenir y reparar la piel seca.
Vitamina E
La vitamina E es un antioxidante, al igual que la vitamina C. Su principal función es la de proteger la piel del daño solar. Cuando se aplica sobre la piel absorbe la dañina luz ultravioleta del sol. Gracias a ello, puede ayudar a prevenir las manchas oscuras y las arrugas de la piel.
Normalmente, el organismo produce vitamina E a través del sebo. Previene la sequedad y ayuda a mantener la piel acondicionada cuando el equilibrio es adecuado.
En caso de pieles particularmente secas, la vitamina E posiblemente pueda ayudar a contrarrestar la falta de sebo. La vitamina E también cuenta con beneficios en los tratamientos de la inflamación de la piel.
Si bien la vitamina E está disponible en multitud de formatos y productos para el cuidado de la piel, el problema es que sus beneficios podrían minimizarse con una incorrecta exposición al sol.
